Inicio: Villaharta, pueblo

Final: Villaharta, pueblo

Localización: Sureste de Villaharta

Acceso: N-432 (Granada- Badajoz) y desviarse por la CO-420, a 2 Km está el pueblo, Villaharta

Trazado: Bucles (Ida y vuelta)

Longitud: 8,5 Kms Dificultad: Media- Baja

Tiempo: 2horas y 15 min

Época recomendable: Todo el año, excepto verano en horas punta

Aspectos interesantes:

– Maravillosas vistas

– Vegetación autóctona

 

El cordel Fuente agria Lastrilla malos pasos Las fuentes de agua agria, conocidas por sus propiedades curativas, se encuentran situadas muy cerca de Villaharta. Este sendero nos lleva a visitar seis de las doce fuentes existentes. El sendero se encuentra al sureste de localidad. Comienza en el Parque de Elías Cervelló y Chinesta (que recibe este nombre en memoria del principal impulsor de las fuentes de agua agria de Villaharta. Fue un facultativo del Cuerpo Nacional de Obras Públicas que a mediados del siglo XIX estuvo trabajando en la Carretera de Córdoba-Almadén, y al oír hablar de las propiedades curativas de las aguas, decidió adquirir los terrenos para explotación de las mismas) y nos llevará hasta las fuentes de Malos Pasos, El Cordel, La Belleza, La Lastrilla, Fuente Agria y San Elías. Durante el recorrido nos encontramos, además de las fuentes, diversos lugares de interés: la Cruz de Piedra, que fue construida por las antiguas dueñas de una finca cercana “La Moheda”; los Pabellones de San Isidro, lugar que ha sido el destino de vacaciones de muchos veraneantes y los Balnearios de Fuente Agria, establecimiento construido para el uso y disfrute de las fuentes. Durante el recorrido cruzaremos varios arroyos (Puerto de la Lapa, Puerto de la Silleta, Mimbre y las Navas). La ruta coincide, casi en su totalidad, con la Cañada Real Soriana o Gr-40. La vegetación que descubrimos durante la ruta es muy variada, desde las típicas especies del lugar como el olivo y la encina; incorporando plantas heliófilas como la jara, brezo, lavándula, olivilla, tomillo, romero; pasando por la vegetación propia de los arroyos como el junco, las zarzas y las adelfas y encontrándonos, al final de la ruta, zonas de pinares, álamos blancos y eucaliptos. Este lugar, con temperaturas más suaves, invita a la contemplación de la naturaleza. La tranquilidad que ofrece el paisaje solamente es interrumpida por el canto del petirrojo o el ruiseñor o el reclamo de palomas, milanos, perdices, abubillas, mirlos, etc. Con suerte podremos ver ciervos, jabalíes, conejos, liebres o zorros y avistaremos aves rapaces (el águila real, perdicera o culebrera, buitres leonados y negros) que a menudo surcan el cielo villaharteño.